OFICIO DEL BARRO (POESÍA)
JULIO ANTONIO
GUTIÉRREZ SAMANEZ : KUTIRY
CUSCO - PERÚ -2003
“La poesía es más necesaria que la ciencia” Anatole France
“La cerámica entre todas las artes es la que mejor reúne tierra y espíritu en
una unidad indestructible” Herbert Read
“La alfarería
es seguramente cosa de poca importancia pero para tener éxito hay que conocer
los materiales, la temperatura del horno y la alquimia de los cinco elementos”
Shih Yü Kao Hsü
“La belleza viene del corazón y se derrama por los dedos del alfarero” Bernard
Leach, ceramista inglés.
“Si pensamos que el ceramista es un alfarero, un escultor y un pintor, y que
como alfarero crea de la nada y lo hace de barro a la manera de Dios, y que como
escultor realiza en las tres dimensiones (o en las cuatro, para hablar en el
lenguaje de la época), y además pinta como los pintores, tendremos que admitir
que la cerámica es la más completa de las artes. Y si la definición resulta un
tanto vaga por su absolutismo, es la suma de todas las artes plásticas. Ello
importa reconocerle un carácter plural y mayúsculo, que se enriquece todavía con
su condición de ser el arte popular por excelencia” Rodrigo Bononoe.
“A lo largo del siglo XX las vanguardias hicieron una serie de experimentos
poéticos que terminaron en la vacuidad y la poesía acabó en la nada. Hoy es
necesario replantear la finalidad del poema” Enrique Verástegui (Del artículo
“Ecuación poética” de Patricia Castro Obando, El Comercio, Lima 24 de noviembre
de 1999)
DE TIERRA, FUEGO, AIRE Y AGUA.
Entonces, por fin, llegó la oportunidad de mostrar el bagaje de mis creaciones.
Hace tiempo fui iniciado en esta escuela de arte vital que da forma al barro, al
pensamiento o a la palabra, porque habla el ceramio en su color o en sus
texturas, algo quiere decirnos la arcilla modelada con empeño y cocida a fuego
lento. ¡Ah! Si escucharas el crujir de sus moléculas constreñidas a mil
doscientos grados centígrados. Algo dirá a los sentidos aquella escultura,
vasija o plato en diálogo directo con la imaginación tuya, estimado lector.
Yo, a mi vez, me solazo entregándote el fruto de mi desvelo, secreto del alquimista, embrujo de fiebre de creación que ha deformado las cosas, entretejido las palabras y amarrado los nudos de este khipu que yo mismo no entiendo. Pues, una exposición o un libro, es un gran compromiso, un desafío, algo así como encontrarse por niveles, desconocerse a sí mismo, volver por las raíces y circular entre el laberinto de las venas. Es expresarse al otro lado de la vitrina de la vida.
En múltiples vivencias me veo superado por otro ego, obligatoriamente distinto, sustancial, superlativo, que es mi entelequia o búsqueda incesante de perfección y de placer, pues no importa la fe si uno mismo hace los milagros. Ese alter ego es la extrapolación de todas mis capacidades, lo que pienso, escribo, actúo, digo o doy, exprimiendo mi interioridad. Es un ente sintetizado en el alambique metafísico del diario vivir; después de varias mutaciones, se halla como un cristal diamantino nacido en medio de placeres auríferos y facetado en el constante pulir que te opone el esmeril de la existencia. No en vano he rodado el ancho mundo y recorrido países, ciudades, museos, parques, monumentos, sitios celestiales y lugares del averno: el escabroso lomo de la patria.
Vuelvo desde lo
ancestral, trayendo en mi zampoña y mi quena, arpegios de escalar geometría,
sumido en la alquimia secular de colores y esmaltes texturados, manipulados al
agua, aire, tierra y fuego elementales; he hecho surgir del barro este arco iris
de mi esperanza.
Y fue el amor (deliciosa fruta que comparto con Anita), y fueron, también, los
amigos, a quienes debo casi todo, porque me impulsaron a realizar esta muestra y
publicar estos versos de floración madura, que expongo para tus ojos atónito
lector.
Sean pues, en perenne homenaje a mis padres y hermanos.
A mi esposa Anita Enciso Coronado y su familia. A mis amigos:
Ingrid Birgman, por quién conocí Europa; Gustavo Barberis, por cuya gestión fui
becado al Japón. A Nico Torres que me invitó a conocer Alaska. A Hideko Iwakuni,
ceramista japonesa y Katrin Heinrich, ceramista alemana, con quienes compartí
conocimientos para hacer gres y porcelana en el Cusco. A la familia Ruiz
Caro por su centenario en la producción y cultivo del arte cerámico cusqueño. A
Celso Suma, Tomás Gonzáles, Inocencio Guzmán y Wilfredo Pereira, constructores
de nuestro horno catenario. A Julián Ventura, Jaime Inquillay, Vannesa Gamarra,
Miguel Angel Guevara, Luis de Pomar, Rocío Nieto, Lino Coila, Mario Breivas y
Justiniano Arósquipa, compañeros en el oficio del barro. Al alentador entusiasmo
de Juan Cornejo Pardo y Roberto Portugal, creyentes fervorosos de la
resurrección de la cultura andina. A las amistades que coseché caminando por el
ancho mundo: Ceramistas, poetas, pintores, ingenieros, técnicos y científicos
sociales. Por todos ellos brindo esta copa de vino añejo transformado en
poesía.
Cusco, setiembre del 2003
KUTIRY
OFRENDA:
A todo lo que amé,
mientras vivía:
mi humanidad, mi pueblo
mis padres y
hermanos;
mi compañera y mis amigos.
Estrecho a todos juntos
en este abrazo
infinito y universal.
He pensado:
¿Entre tantos libros,
para qué serviría uno más
que ha nacido
quemado,
como ofrenda sagrada
a los dioses inexistentes
de mi lar nativo?
Lo he quemado conscientemente,
como tributo a la pasión y la agonía
de una
humanidad,
que se extingue, irremediablemente,
ante mis ojos,
como una vieja
religión
en la que ya nadie cree.
Entre las ruinas del templo universal
y los
pedazos rotos de los ídolos caídos
he hecho mi entrega, reverente.
He enterrado,
después,
sus cenizas junto con las mías
sobre la cima de la montaña,
dentro de
una vasija de barro.
Dame, pues, la inútil inmortalidad
para estamparla en el fondo de mis vasijas,
grabarla en la piedra de mis versos,
con mi nombre;
y cocerla dentro del horno
de mis cuitas
para alcanzarte como ofrenda,
como queriendo rasgar la médula
de
tus ambiguos sentimientos.
I . DE LA TIERRA Y LA CREACIÓN
1.1. VEN A NACER A MI PARAÍSO
Ven... tómame,
acaricia mis páginas,
aliméntate de mi ser,
come de mi fruto y de
mi pan
toma de mi vino ¡Embriágate!
Invade con mi emoción tu alma,
hincha tu
corazón con mi esperanza,
funde tu barro humano
con mi arcilla universal.
Este
es mi paraíso terrenal
conquistado a sangre y fuego,
lo he disputado, luchando
contra
ángeles y demonios.
Si quieres entrar aquí
y contarte entre elegidos,
toma un trozo del barro
que estoy amasando
y bendícelo diciendo:
He aquí el
barro
del que fueron hechos
mis abuelos y mis padres;
el mismo del que estoy
hecho yo,
al que he de volver
después de haber entregado
lo mejor de mis
esfuerzos.
Ahora siente la sensación indefinible
de estar naciendo, nuevamente,
del fondo de la Madre Tierra.
1.2. ALQUIMIA ELEMENTAL
Del barro cósmico, se desata la espiral
de mi
incertidumbre;
¿Acaso, son: manos, boca, pensamiento
dispersos en el caos?
dolor
de intestinos hambrientos,
harapienta riqueza de neuronas sensibles
a la
estética, matemática
y lógica relativista del espanto;
(Como las series de Fourier o Fibonacci
que me consumen en fiebres de curiosidad)
pensamientos, números, entes y cosas
colocados en la forma secular de lo
intocado
arrebatados al poder del viento y del agua;
que se apartan, para ver
nacer la luz
del fósforo de mis neuronas arborescentes,
luz materializada,
espigada, frutecida,
estentórea:
Tímpano atroz del tiempo transformado,
desde la
envoltura sin fin
de los espacios enredados
en sí mismos, de donde habíamos
partido.
Quema la piel impoluta
de la desesperanza,
late la longitud y se
comprime, espontánea,
con la densa escasez de lo imposible.
¿Estás, poesía,
ardiendo con mi bitácora
al fondo de las flamas?
Flamas de la hoguera de boñiga
seca
donde cuezo cacharros rotos
entre los extremos del nacimiento
y la muerte
de esta vida virtual
de especie finita en mí,
agotada en mi sombra y mi
soberbia;
ilimitada en mi soledad, mi sed
y mi porfía herética, pagana,
insolente:
sublevada.
Era, pues, la Alquimia elemental del ceramista,
ciencia y arte que profeso;
contagiosa pasión que requiere
infinita paciencia, contenida y educada
tras
lecciones de humildad,
ganadas con voluntad inquebrantable,
deseo insatisfecho,
búsqueda incesante,
por vivir después de la vida,
sin muerte ni padecimientos
¿Quizá encuentre, por fin,
la piedra filosofal y el elíxir
que coronarán mis
desvelos?
1.3. ORIGEN DE LA ARCILLA
Venga, a mí, entonces,
el reino de la oscura
singularidad de la materia
y hágase la luz nacida de otro cosmos;
estallido de masa y energía;
química
desagregada,
en cuya espiral de desarrollo
nos encontramos, dueños de nosotros
mismos, perdidos
en el espacio tiempo infinitesimal
que ahora integras entre los
límites
definitivos de lo real imaginario.
Y, ¿cómo fue que nació el primer
átomo?
¿acaso estaba todo organizado
o venía de otro mundo antagónico,
anti-átomo
del Hidrógeno?
Sigo el diacrónico crecimiento
y periodicidad perfecta;
observo,
entonces, su proyección
y sincronía; semejanza y propiedades
en la periferia que
define:
Gases, metales y metaloides,
puros o mezclados,
en exactas proporciones.
Nomenclatura y fórmulas extrañas
que habré de aprender,
torturado en mi
purgatorio,
para redimirte de la prisión
de carne que padeces.
La tierra,
compleja distribución
de átomos mezclados, se manifiesta
en compuestos puros u
oxidados,
sales cristalinas,
cuerpos amorfos o fundidos que emergen
con la lava
expulsada de los volcanes.
Son estratos salientes
de antiguos lechos marinos
rotos por impactos que elevaron
la costra terrestre
a la altura inaccesible
en
que me hallo,
sostenido por el bastón ambiguo
de la vida.
La intemperie, hizo
crujir las rocas
y la lluvia deshizo el barro aluvial
que decantó en lechos de
antiguos lagos
y, al desaguar, dejó el cieno
con peces y caracoles retorcidos,
transformándose en aves y reptiles;
fósiles encontrados al escarbar
entre la
nata cremosa de la arcilla
que despertando está
al calor de mis manos
de
alfarero.
Y oigo su canto que dice:
Arcilla soy, crema de la tierra
en millones
de años, decantada;
confiéreme plasticidad el agua,
don que más atesoro;
me
transfórman talentosos afanes de alfarero;
ágiles pinceles me visten con óxidos
y engobes multicolores;
sol y viento me endurecen
dándome solidez corpórea,
mezcla de fundentes y refractarios.
Entro al corazón del horno
donde el fuego,
sagrado flogisto de mi ensueño,
fijará mis átomos
cristalizándolos para siempre.
1.4. CULTURAS ANCESTRALES
Nací en el surco más profundo
de mi patria americana
Chavín me ha dado sus ojos
taladrados en la roca.
Y yo he amarrado al Sol
en el
fondo de mi universo.
En la relatividad de tiempos diferenciales
de historias
yuxtapuestas al olvido
y recuerdo fugaz de tiempos engendrados
en la matriz de
lo real imaginario,
viví escrutando con ojos abiertos
atentos al trajinar de las
estrellas
y erráticas trayectorias de planetas,
para entender, a medias,
el
porqué del frío, las nieves y el hambre,
extremo cortante de la obsidiana,
fauces de león,
lobo o hiena carnicera.
Y revelarme contra dioses de la muerte
para vivir, luchando, hasta arrebatarte el fuego
y salir victorioso del fondo de
mi caverna.
1.5. DANZA DE LAS CULTURAS
Danzan las culturas en el tiempo
desplegado de estandartes
y tambores con pieles de otorongo,
en esta fiesta de
colores,
cabezas reducidas y sonajas.
Del ayer nos viene la alegría,
hedonistas
y borrachos,
festejando la vida.
Sí, eso, somos:
Ojos que te ven, materia gris
que te siente,
meninges, oído, órgano;
ojo, trazo, línea de Nasca,
bebida
alucinógena del cactus;
sagrado humo aromático,
piedra, laberinto, ceramio,
Ónix,
gollete, estribo.
Cabeza sonriente, plato,
sexo retratado en el instante del
placer,
atado al infinito, sin tiempo,
de los dioses.
Por eso, puma, cóndor y
serpiente, danzan.
Danzan: Wirakocha y Ayar Manco,
Señor de Moche y curaca
Machigenga.
Tiempos de mi etnia en renacimiento.
Brotan, por doquier, de mis
manos,
semillas de quinua y de kiwicha.
1.6. OBJETOS CEREMONIALES
Tengo un bruñidor de ágata pulida
y hago brillar esta piel de arcilla
decorada al engobe.
Araño la superficie
con diestros surcos sangrantes
que
definen áreas y sectores aislados,
limitados por colores y texturas
superpuestas
son sólo herramientas simples
que intercalo en el trabajo:
estecas de chonta,
alucinaciones;
trapo, esponja, perfil de madera,
inconfesables ambiciones;
espátula y tamiz,
dónde tamizar mi alma
y separar todas las pajas
de tantos ojos
y tanto trigo.
II. DEL AGUA EL MAR Y LA VIDA
2.1. PREPARACION DEL BARRO
“Polvo eres y en polvo te convertirás”
Está escrito y se te ha dicho
¿Acaso lo
dudas?
Del barro nací
me hice hombre
modelado con mis propias manos.
El rayo y
el fuego diéronme vida,
ojos, luz prestada,
soberbia egolátrica exagerada,
que
devolveré para retornar al barro
que estamos amasando afanosamente
contra el
tiempo pétreo
de esta artesa inmaterial, metapsíquica
y transitoria de la carne;
Como la vacuidad de toda esperanza,
de toda eternidad y optimismo humanos
2.2. CAMINOS DE CREACIÓN
Y así, en el fondo de los mares,
del barro molecular,
trastornado,
modelado con chispa eléctrica
y soplos de vida
nacieron, sin mi
permiso,
virus, bacterias,
trilobitas y caracoles,
que hacen el amor
sin más
pasión
que su instinto libre,
rozando sus desnudeces,
en primavera;
entre algas y helechos arborescentes,
dejando la impronta de sus huellas.
Vuelan mariposas y corren
hormigas en su
porfía.
Del barro nacieron
saurios y palomas,
avestruces, pavo
reales;
lobos y
ballenas,
ornitorrincos y camaleones;
mamíferos, primates y el hombre,
dueño de
la creación en cuanto hombre,
en cuanto bestia semi racional,
usurpadora y
usurera
en quien yo, temporalmente, habito
tratando de detener,
desesperadamente,
el último día del suicidio colectivo.
2.3. DIOSES HECHOS A MANO
Por eso he creído en ti y he hecho
tu imagen a semejanza mía;
de barro,
piedra, madera o metal;
amuleto o ídolo de multitudes
que paseo, reverente,
sobre mis hombros
pidiendo aplacar iras, odios
plagas o rencores, catástrofes
naturales
y mala suerte.
Mal de ojo,
de ojos que te ven y guiñan,
ojos muertos
que desearías de todo corazón,
retornaran a la vida.
Son demasiada esperanza
para mi blasfemo descreimiento.
Todos los dioses son iguales
tristes, inmóviles
y vacíos,
más pobres que mi pobreza.
Yo los he perdonado
por que están hechos
con estas mismas manos.
Manos que no obraron, jamás,
milagro alguno.
Y yo, no tolero los engaños.
2.4 EXTIRPACIÓN DE IDOLATRÍAS
Y, sucedió el tiempo
aciago de las extirpaciones.
Ídolos de barro, dioses de arcilla y porcelana;
uno
tras otro, por no hacer milagros,
fueron borrados de este mundo.
Corrían los
extirpadores iconoclastas
armados de combas y martillos,
pulverizando santos de
yeso policromado,
imágenes áureas y broncíneas
que eran fundidas en los crisoles
por no sostenerse en la fe ciega
y engañosa.
Iban cayendo templos paganos
de
soberbia arquitectura.
Eran tiempos de intolerancia
que yo, iluso, quise
detener.
protegiendo mi idolatría
y herejía santa, subterráneas;
guardando mis
fetiches:
amuletos y virgencitas,
cristos dolorosos, con espinas,
budas y
alcancías,
biblias, coranes y manifiestos comunistas;
rosarios, estampitas y
medallas;
cruces de palo de chonta;
conchas de mullu-mullu,
hojas de coca y este
libro,
envueltos en un poncho indio
que oculté en la cumbre de la montaña.
Ya van ha ver lo que pasará,
se los advertí, hace tiempo, al modelar
la primera
imagen de mí mismo
como de cualquier animal feroz
hecho para adorar al Dios, que
yo creía,
moraba en mis adentros.
Dios fuego, viento, rayo, trueno o arco iris,
animal con alas y cola;
serpiente o buitre carroñero;
demonio con cuernos y
fauces de león;
Sol, Luna, moneda de dos caras,
valor congelado en el oro; tipo
de cambio,
papel moneda, usura y deuda externa.
Dios, cuya inquisición me persigue
para quemarme vivo por subversivo.
Dioses que escaparon de mis manos
por punible descuido, imperdonable.
2.5. CREMAS MULTICOLORES
Tunupa, Dios alado, hijo del cóndor
y del trueno,
descubrió el íntimo secreto colorido
de la arcilla. Aquí, las cremas de color
bruñidas,
brillan sobre los cacharros frescos,
secando lentamente,
al sol y al
viento,
antes de ofrecerse al fuego.
Y, yo, animal áptero y pedestre me
encuentro
en este lugar extremo del universo,
amasando el barro,
arrancando a la luz de la estrella
sus colores espectrales,
en la barbotina espesa
de óxidos y pigmentos;
decorando a pincel el silbato,
la
ocarina, la antara,
la trompeta y el caracol sonoro
hechos con mi barro,
con
brillo de nácar, engastado.
Y vi mis rostros en cántaros, retratados;
como si
fuesen retazos de vidas anteriores
que no logro alcanzar a recordarlas.
2.6.
AMANECER DE LAS VASIJAS
"Se recoge barro y se moldea,
del vacío depende la utilidad de la vasija"
De Tao Te Ching (Lao Tzu)
En el barro amasado,
hago la oquedad
a piedra y paleta de madera; con inspirado
afán
avanzo hasta formarte, vasija de mis ensueños
tengo esperanzas puestas en
tu grácil forma de vicuña.
De arcilla eres, no me olvido de tu origen,
naces
bella y delicada
aromática flor de mis costillas
y yo formo tu cuerpo, tus
suaves senos,
tus caderas onduladas.
Vacía estás por dentro;
en tu oquedad
escucho un mar de canciones
de caracol y continente.
La chicha, y el vino
fermentarán en tu vientre,
vasija de Huari, Pachamama,
y nacerán estrellas,
criaturas engendradas
en primaveras de lluvia y cantos
de pájaros, ranas y
cigarras.
Voy a volver a nacer de ti
para otra vida.
Mientras silbo y canto,
casi sin darme cuenta,
otra criatura, que ha crecido de mis manos,
me mira
sonriente con los brazos abiertos;
soplo y soplo para darle vida
pero ahora
siento
que me hace falta más aliento.
Se acaba mi tiempo prestado
para imitar a
Dios en este oficio.
2.7. RUEDA DE ALFARERO
Todo se mueve alrededor, menos el eje,
quieto, como tu alma reposada
escuchándose a sí misma
solitaria, verdadera,
poesía imberbe e incontaminada.
La
volante corre, loca,
al ritmo de los impulsos.
Se expande el cabezal en círculos
concéntricos y perfectos.
Entonces lanzo la bola de barro:
(amasijo de dudas y
supersticiones)
esperanzas que se resisten a su suerte
como mujer que niega
amarte
cuando más la necesitas)
Y aprieto mis manos con certeza, haciendo
centro,
juego de pulgares y palmas apretadas,
agua y voluntad por mililitros
y
energía en calorías o Newtons por segundo
y ahueco, levanto la arcilla,
diciendo:
¡Hágase mi voluntad!
y crece la pared plástica, dispuesta
voluble,
magia del alfarero!
Convertida en cuenco, vasija, botella;
poesía plástica
reencarnada
en alma helicoidal, de mujer
atada a mi destino,
y que ha dado el sí
y ha sido mía
por completo.
Lavo tu cara y te embellezco
criatura simple;
pulo
tu piel con la esponja
y mis nudillos de metal inoxidable
de la alta cirugía que
hace parir cacharros
a mano alzada.
2.8. CREACIÓN DEL HOMBRE Y LA MUJER
Sin
saberlo, todo el hombre
fue creado por sí mismo, nuevamente.
Creación de
creaciones.
Burdamente modeló su alma;
una mano hizo a la otra
y de entre las
dos,
como un boceto,
emergió el rostro que te mira, sin ojos,
nariz que aun no
sabe respirar,
boca sin el don de la palabra ni el beso
y torso, brazos,
piernas, extremidades.
Columna vertebral flexible,
de la philium cordata,
mamífero,
primate que repite la evolución
desde el primer óvulo fecundado
por un
inquieto espermio que navegaba afanoso
por los interiores de la madre Tierra.
Desde entonces multiplícase, constante,
la vida; el barro que se esculpe
a sí
mismo, en genéticas proporciones:
ojos, alas, dedos, garras, encéfalo;
corazón
que palpita enloquecido
con el primer beso;
sexo que duerme hasta primavera,
para despertar luchando
en los húmedos combates
de la carne enardecida.
Todo
hecho del lodo de elementos
desperdigados:
carbohidratos, glúcidos, aminas
albuminoides, finamente entretejidos
por billones; células especializadas.
Y
sólo barro, polvo y agua,
calcio de huesos, hierro de hematíes
algo de potasio y
soda;
¿Acaso, vanidad y atrapar vientos?
Tantos átomos amarrados en ti por corto
tiempo;
para que vean tus ojos
por los míos y los nuestros
por los tuyos;
para
que niegues la palabra antigua
e incierta de dioses y falsos profetas
y,
antepongas hechos
de una inteligencia, que trabajó
desde el primer gene,
cromosoma
o célula auto reproducida; hasta ti
que estás haciéndote de arcilla,
modelando formas tomadas
a imagen y semejanza mía.
¿Te atreves a entrar en este
valle profundo
de la esfera?
Valle hecho de lágrimas y dolores
para purgar
culpas de otras vidas
y encorvar los lomos;
padeciendo bajo la bota militar,
el
látigo del capataz,
la turbia mirada del jefe, torpe;
el buitre que arrancará
tus entrañas
por el fuego que me has hurtado,
antes de convertirte en vulgar
ceniza.
Aun así, criatura esculpida
y engendrada en entrañas enardecidas
de
mujer que se me entregó sin condiciones
Vas a triunfar, gozar y reír;
vas a
crear belleza y recibir satisfacciones
en el laberinto intrincado y bello,
simétrico, periodificado y progresivo,
de las ciencias y de las artes.
Entenderás, por fin,
¡Oh! barro que envejeces día a día,
el porqué de los
porqués,
pues yo, también, he sufrido por ti
y te he redimido.
Dios de barro,
idólatra, descreído,
hereje, realizador de sueños imposibles
¡Toma mi alma, mi
soplo divino,
resiste la bofetada que te doy
para despertarte!
¡Incorpórate y
camina!
Ya te lo dije:
Modelar es crear sobre el barro
con sencillas
herramientas
de palo de chonta y chachacomo.
Boceto, primero, formas generales,
improvisadas;
caprichos de la mente y del tacto;
debo raer, insistir quitando y
aumentando,
hacer tu perfil delicado,
trazar la curva de tus labios
el sitio de
tus cejas y pestañas.
De mi costado saliste, para hacerte tan bella
capullo de
mujer hecha con mi arcilla,
añeja como el vino, agridulce,
voluptuosa, como
cuando bostezas
del hastío del amor y del trabajo.
Congelo en mi mente tu imagen
acabada
y descuartizo, con horror, tu ser de barro crudo
vacío tu interior, con
espantoso morbo
de pasiones alienadas, sospechosas,
acariciando tu cuello de
vicuña,
tus senos tibios y mórbidas caderas
contorneadas, en pedazos.
Vaciando,
inútilmente, tus ideas cerebrales
como si temiese la competencia singular
de la
luz azul de tu inteligencia femenina.
¿Celos de género o absurdas fantasías?
Mi
ninfa de porcelana, célibe
te he vuelto a armar, al gusto mío;
rompecabezas
adorable
de sedosa cabellera y labios humedecidos
como fruta jugosa al primer
mordisco:
Eres mi mujer hecha a pedir de boca.
2.9. MATRICES Y MOLDES
Para multiplicar especies de mi creación
procedo con el
montaje:
Divido la matriz, con líneas convencionales;
la coloco sobre un lecho
de arcilla,
andamiaje de espera y delicada operación
como si fuera el nacimiento
de tu propio hijo.
Caja de Pandora, con baldosas
o trozos de madera, fijados con
las prensas;
Ahora, preparo la crema de escayola
que derramo con cuidado.
Pieza
por pieza, hago el molde
desmontándolo, luego, para secarlo
a sol y viento.
Después, papillas de arcilla desfloculada
y tamizadas a malla fina
llenan, por
un momento,
las oquedades de los moldes;
vaciase lo que allí excede
y, al tiempo
prudencial,
nacen las nuevas criaturas,
multiplicadas en barro y agua.
Barro de
mi ser;
agua de tus lágrimas amadas,
luz de mi sombra raída;
compañera de aventura
en la experiencia única
e
irrepetible de la vida.
III. DEL AIRE, HUMEDAD Y CIELO
3.1. SOPLO DE VIDA
Hoy, estás en mí
dándome el
aire de tu aliento
para resucitarme.
Oxígeno vital
que mis neuronas aman,
flogisto de mi fuego inextinguible,
flama metafísica
de la hoguera de amor
donde
te consumo:
dulcemente, sudorosa, jadeante,
desesperada por llegar conmigo
al
infinito y plenitud
de nuestras carnes temporales.
Por todo eso, te amo,
porque
tu soplo me da vida
seca mis heridas,
de saurio que ha perdido las escamas,
brinda olvido,
renueva mis esperanzas extraviadas
para otro nuevo día.
3.2.
BRISA MARINA Y VIENTO DE MONTAÑA
La brisa alegre del mar
me trae su bouquet
salino de atardecer
en la playa desierta, de tu regazo;
cuando el sol se pone en
el oriente,
como una bola de fuego crepuscular
a punto de extinguirse
y cruzan
metálicas gaviotas el paisaje rojizo.
La brisa sacude tu cabellera oscura
mientras beso tu piel de terracota
que se estremece y tú me sonríes, callada e iluminada
sin entender la emoción
que me invade.
Se erizan mis cabellos como tentáculos sensuales,
se erecta mi ser, total
y corre por mis venas un influjo divino
traducido en
versos ininteligibles,
como un orgasmo.
¿En qué piensas? me preguntas
¿Es que no sientes?
Te reprocho
yo.
Estoy a punto de polinizarte.
Amor, paloma, flor de lis,
voy a beber de tu néctar
Los cacharros secan
al sol incandescente de este día,
algunos se rajan,
humildes, sin crujir:
por la base, por el asa,
por el pico,
por los labios,
por el corazón;
los cacharros parecen caracoles marinos,
estrellas de mar,
erizos secos
que arrastra la mar de ilusiones con espumas
desde lejanas playas
orientales, antípodas
como los ceramios de Carlos Runcie,
moradas de caracoles y cangrejos azulinos
y cactos fósiles, hechos a fuego y
fantasía,
caprichos de la arcilla.
Coloridos dioses voladores de Pablo Seminario,
Vasijas bruñidas y ahumadas de Polo Ramírez,
en Chulucanas
Mas, cuando aquel amor de gaviota
se extinguió en el remanso de la tarde,
he
vuelto a mis montañas
donde te espero, Pachacamac,
atento a tu voluntad,
alguna
señal de fuego o arco iris,
para tomar mi lanza, mi cetro o mi metralla;
pero no
has venido a este encuentro,
sólo el viento desaforado
desafía mi perfil de
piedra
queriendo doblegar esta porfía.
Y la poesía rueda al precipicio
en versos secos y cincelados
que se van como
pétalos de flores
flotando al infinito.
Es mío tu perfume
Pachamama.
En las hogueras de Racchi, entre boñiga seca
que arde al rojo vivo,
atizada por
Gonzalo y Justiniano,
maestros alfareros,
se cuecen mis cacharros milenarios
hechos por manos indias.
Reposo mis ojos y
guardo mis miradas
pecaminosas de ser sobrenatural
que no puede calmar el
ebullir
de sus demonios interiores
3.3. SOL Y VIENTO
El vapor está yéndose de ti
estás más liviana y frágil
criatura angelical,
lijo
tu superficie blanda quitando
asperezas y espinillas;
protejo tus bordes, asas y
retoques,
curo tus rajaduras y heridas;
velo por ti, fruto indefenso
hasta que
puedas enfrentarte
al sol y al viento.
El Sol expande su blonda cabellera
de rayos abrasadores y
cede su color
al trigo maduro de mi siembra
(cabellera de mujer extranjera
que
se me perdió en el laberinto de la vida)
Y el viento,
caballero inquieto e
invisible
que corre silbando extrañas melodías,
arrastra tu humedad hasta mis
nubes.
Los cacharros sonríen al entregarlos
al fuego de los padecimientos;
algunos no resisten y se rompen,
mueren con la
fina delicadeza del artista:
Toritos de Pucará, iglesias de Quinua,
risueñas gordas de Chulucanas,
vasijas de Taricá y huacos de P’isaq.
IV. TERMODINAMICA DEL FUEGO Y DEL INFIERNO
4.1 FLAMINES INFERNORUM
Ayer mis
huesos de hereje
crepitaban en la hoguera
para regocijo de mis inquisidores.
Hoy, renací de las cenizas,
entre flamas del mismo fuego redentor
en que se
cuecen los cacharros y esculturas
que he creado.
Sacrificado por mi culpa,
por
mi santísima culpa,
respiro, saboreando el aroma
que trae el aire de primavera.
Para renacer de nuevo
tranquilizo a mi bestia, mi primate propio,
mi bicho universal, antrópico y epistemológico;
éste que mastica y engulle
se
riza y se embelesa
ora por ti; peca, con placer
de pensamiento, palabra y obra,
se masturba sin remordimientos:
puede matarse de risa.
Respiro, nuevamente,
cierro mis ojos
me extingo en el infinito.
4.2. AMOR Y FUEGO INEXTINGUIBLES
Te he amado como un loco hasta perderme
y tu
¿me amaste, igual?
Hoy, que soy ceniza amasada por alfareros,
hoy, que mis días
de sol, canto y vino
se han perdido en la memoria.
Hoy, que estoy sentado a la
diestra del padre
y estoy prolongado con mis átomos
hasta el infierno.
Me
pregunto ¿Me amaste igual?
El amor era fuego inextinguible
y era eterno y bello
como una flor o una estrella
y la muerte no era nada
si te tenía a mi lado,
llenándome con tu alegría.
Tu amor era mi dicha incontrolada
y tu pena me hacía
el ser más desvalido de la tierra.
Te amaba sin preguntarte,
sin dudar de nada,
sin dudar de ti.
Te amaba, simplemente,
así, sin condiciones.
Y era también amor
por mí mismo
a través de tu sonrisa plena.
Y hoy, tantos siglos después,
cambiaría el cielo por un beso tuyo,
abrasaría el infierno
por pecar,
nuevamente, contigo.
Pero mis átomos se han desperdigado
como el humo;
y sólo
existo, cuando pienso en ti.
Ven aquí, a realizar el milagro.
Exprime tu amor en
mí,
enloquece mi boca con tus besos,
funde tu piel con la mía,
para volver a
nacer juntos
del mismo barro,
extraña mujer de arcilla
que amé y que amo
hasta
morirme con el universo entero.
4.3. MIDE LA TEMPERATURA DE MI FUEGO
Ven, ofrece
tu t'inka de aguardiente,
asiste conmigo al sacrificio.
Coloca los conos, trozos de barro
de composición
definida, en tu mente
entre fundentes y refractarios,
dentro del horno,
por
ellos sabrás la temperatura
de mi quema,
testigos, entre las llamas
o
radiaciones del flogisto
contestarán tus interrogantes
y tus dudas, calmando
nuestra angustia;
mientras demonios buenos custodian
mis criaturas, en el
suplicio
de sus átomos constreñidos;
los fundentes llorarán su pena
con lágrimas
de vidrio incandescente,
colapsarán las arcillas
en su molecular estructura,
contrayendo sus músculos
y corazones aguerridos.
Y yo espero y desespero.
Sea, colocando los leños secos,
modulando las llamas,
regulando el combustible,
abriendo o cerrando la trampa
del tiro,
comiéndome las uñas,
como en la primera quema,
del día en que todo me salió, tan mal,
que tuve que contentarme
con la
experiencia.
Ser ceramista es aprender y dominar
el arte de la paciencia
infinita
viviendo en permanente lección de humildad,
fracaso tras fracaso.
Ser
alfarero es componer poemas
modelados con las manos
con versos simples y
profundos,
trabajando el sueño de un mundo real,
transformando el barro en
fantasía;
con tus críticas y súplicas,
con nuestros padecimientos;
hasta hallar
la perfección
en la obra maestra
para esta humanidad justa y generosa,
dentro de
ti, cerrado cofre
donde se hallan retenidos
todos los milagros.
4.4. HORNOS, VIENTRES INFERNALES
Nací, quizás, para el fuego
lleno de fantasías piromaniacas
entre el olor de pólvora quemada,
estallido de cohetes
y fiestas parroquiales.
Recuerdo a mi hermano Sandro
lanzándose sobre las llamas,
del incendio que él
había producido.
¡Oh! desesperación;
desatadas lenguas ascendían
multiplicándose,
crujían los leños,
y la paja ardía a todo viento.
Ese fue el
fuego de mi infancia,
indomable elemento
que hoy arde en el fondo de mi alma
embelesada.
Sometido y encadenado;
dócil y domesticado,
dentro de mis hornos alfareros.
V. ALQUIMIA DE LAS SENSACIONES
5.1. QUIMICA DE LOS PROCESOS
Paso a paso, la
curva asciende,
hasta quedarse constante,
para cumplir con procesos crípticos
de
mi magia iniciática;
transformaciones del cuarzo,
descomposiciones físicas y
metafísicas,
atómicas constricciones, como mis remilgos
y remordimientos, por todo lo que no hice;
alquimia y termodinámica;
secretos
ocultos, revelados
a pirómetro y termocupla.
Meta caolín, tridimita,
mullita y
cristobalita.
Musas de mi fuego transformando el barro
Formas alotrópicas e isoméricas
de
cristales que te miran en el microscopio
con la simetría radiada de sus ojos.
Modificando la bioquímica sutil de tu cerebro
traducida en pensamientos
luminosos,
explosivos o alérgicos escozores
al rozar tu piel con texturas
metalizadas, iridiscentes.
5.2. TEXTURAS Y SENSACIONES
Premonitoria pesadilla:
en sueños, sentí en mi piel
de ceramio milenario
que sobrevivió al hombre,
las texturas de escamas
ofidiáseas,
espinas y pilosidades;
esmaltes craquelados,
metales cristalizados
que se erizaban con el tacto
de seres universales,
que arqueologizando mis
arrugas
se preguntaban:
¿Qué Dios o bestia mitológica inteligente
dejó estas
evidencias, flotando
en los espacios siderales?
¿De cual planeta desintegrado,
vino este pedazo de cántaro,
puño alzado, rostro que grita desesperado,
sin voz
pero con voto?
¿Sin ADN y con huellas digitales ?
Inequívoca presencia de una
especie
que estuvo aquí,
gozó la luz,
amamantó a sus crías,
luchó
desesperadamente
para alcanzar la justicia
soñó con irse a vivir a otra
estrella,
y el tiempo le fue corto
como infinito el espacio
y la muerte la
atrapó por la espalda,
en medio del camino, cruzando
el brazo de la espiral galáctica,
nido de cometas destructores.
Nuestras
cenizas, unidas al polvo cósmico,
y despojos de millones
de años de experiencia inteligente
vagaban por el espacio
se expandían, como el humo,
hacia otros tiempos o edades universales, sin
retorno,
en busca de otras manos de alfarero.
5.3 CUBIERTAS VITREAS Y FUNDENTES
Yo te invito, toma una pizca de sal, al gusto;
mézclala con minio o litargirio
algo de feldespato y cuarzo;
otro poco de bórax
o ulexita.
Muele todo en el mortero de porcelana,
junto con tus tormentos,
miedos y patologías;
lleva, entonces, el producto
al crisol de la esperanza
y
enciende el fuego azul del gas propano
hasta fundir esa lava ardiente;
echa la
mezcla en agua
para trizarle el corazón
y muele los pedazos
hasta hacerlos
impalpable polvo.
Suspende la mezcla con agua y goma,
agrégale color: ¿óxido de
cobre, verde?
¿azul de cobalto? ¿violeta de manganeso?
Colores infinitos de mi
paleta
periódica de elementos cromógenos.
A pincel, viste de colores
la desnudez
de los cacharros;
examina, atento;
ponles, generoso, dos o tres capas;
déjales
chorreaduras y burbujas
imaginarias.
Deja fluir de ti el influjo del Tao
y del Zen de tu inmanencia.
Deja que Pachacamac gobierne
tus impulsos
y escribe
la impronta de tu nombre.
Siente la divinidad natural en ti;
sin condiciones,
humilde y reverente,
entrega tu fruto al fuego.
Atiza la calda, regula el
combustible
y la atmósfera humeante;
controla las muestras,
secándote el sudor
de la frente.
Medita en el amor y el placer trascendentales
que arden allí
adentro
en lucha infernal entre ángeles y demonios.
5.4. ESMALTES Y CRISTALES
Tus ojos captan colores del espectro,
son vidrios
coloreados
por átomos fundidos en su seno.
(Tus ojos, secreto maravilloso de las gemas)
Y
líquidos amorfos que enfrían lentamente
con cristales de cinc, cobalto y silicio
crecen, exactos y ordenados;
Tus ojos, cristales - átomos que se enfilan
e
invaden el espacio
expandiéndose desde el núcleo
propiciatorio de tal geometría.
No lo podría creer
si no lo viera, con mis propios ojos.
arrancándome
expresiones de asombro
al tomar el cuenco, aun caliente, entre las manos:
Oquedad que contienes
retenido el tiempo de todos mis espacios;
áspera piel sin
más ilusión
que mi infinita fantasía
Capricho vítreo, cristales de turquesa,
aguamarina o malaquita.
Eres continente, musgo, maíz
piel y huellas de la rana
verde
que descubrí en mi infancia
de criatura que ha perdido el paraíso
en el
pozo encantado,
repleto de renacuajos
y la voz dulce de mi madre,
clara como el
medio día,
llamándonos a su regazo.
5.5. LUSTRES E IRIDISCENCIAS
De Arabia vino el brillo
de nácar
iridiscente hecho a fuego,
cual pecho de paloma
o pluma de pavo real
de
metales imposibles,
difuminados en el iris del espectro
de colores sublimizados
reducidos con carbón
de humeante flama
que cambia esencias elementales,
inexplicable pérdida
de
electrones.
Llámese cromo, hierro
bismuto, cobre, manganeso
u oro depositados
sobre el ceramio
de superficie metalizada,
opalina o nacarada,
joya que iridece
con el fulgor de tu mirada.
Yo no soy, sino tu, quien resplandece
en auroras
boreales de sentimientos
interiores encontrados.
Y me preguntas ¿Cómo el barro
imitó al oro?
brillo de nácar, de madreperla
sustraída del mar de Okinawa
con
que adorné tu cuello de gacela,
mujer cristal y símbolo
nacida de mi costado.
5.6. GRESES Y PORCELANAS
Agucé mis ansias para acercarme
a los retos que la
ciencia del barro exige.
Con el caolín, oro del ceramista,
que hallé en
Cumbemayo,
altura de Cajamarca,
(donde mi sangre india fue derramada)
más polvo de cuarzo y piedra de
feldespato;
arcillas blancas y refractarias
distribuidas en peso de la exacta
oscilación de la balanza,
de muestras de fórmulas triaxiales
cocidas a isotermas
predeterminadas,
hasta vitrificarse en la translucidez
de porcelana y dureza de
gres
más incorruptible que los metales nobles.
El fuego le concedió su canto,
su
sonido de campana y brillo transparente
a mil trescientos grados.
Como la
porcelana azul y blanca de Arita
que admiré en el Japón,
penetrando con mis
atónitos ojos
los arcanos de la arcilla
para extraerle los secretos y traértelos
en un cofre que guarda el fuego
prometeico y metafísico que ardía
al interior
del Buda colosal de bronce,
en Kamakura,
donde lloró mi quena india,
en las
entrañas de Dios.
queriéndolo despertar
del fondo de sus meditaciones
trascendentales.
preguntándome por enésima vez
¿Acaso Dios existe?
Después, en mi taller alfarero,
en un horno catenario construido
con más fe y esperanza
que rigurosa ingeniería,
arderían cacharros de gres
y cuencos de porcelana
para el placer de mis discípulos y amigos.
Hideko Iwakuni, maestra ceramista
me retornó a los fuegos del Japón
con sus esmaltes de cenizas
de árboles y huesos,
rojos de hierro metalizado,
hechos en tierra de los incas
VI. FISICA DE LA REDENCION DEL BARRO HUMANO
6.1. SUFRIDA CREACION, ESCLAVITUD E
INJUSTICIA
Esta triste creación
de cacharros rotos como calaveras,
se ha
esparcido con el viento
y la plaga de la esclavitud
le ha mordido las entrañas
hambrientas
en beneficio de clases holgazanas
de barro envilecido,
ya miles de
generaciones han sufrido
y muerto con la esperanza de redimirte
barro humano
sideral de transitorio equilibrio,
accidente feliz de la materia hecha poesía.
Tus átomos vibran mientras viven
en
células que sudan de terror
y el látigo abre surcos
y manan de tu piel, sangre y
aullidos.
Y la guerra, siembra de cadáveres el mundo;
crece la sombra de la
muerte y podredumbre
de creyentes que murieron sin saber
ni entender, engañados;
condenados a un abismo de gusanos.
Su clamor llega hasta mí, anunciándome
la falsa ilusión de la grandeza, poder, riqueza:
la fatuidad de esta vida
prestada
para un momento de placer,
un pestañar, un beso;
un mar de emociones
que quedan grabadas
simulando eternidades que no existen:
que no serán jamás.
Por eso converso contigo,
quien sea que fueras,
turbando tu inteligencia con mis
fobias.
Porque, como yo,
muchos se han rebelado
contra la injusticia y la
mentira
de una falsa historia construida
con dioses, dinastías y religiones;
dogmas e ideologías imposibles.
6.2. ¡BASTA YA!
He visto llorar a mi madre
en el
rostro desesperado de mi pueblo.
He visto tanta injusticia y dolor
que me he
rebelado.
Una muralla de corazones de madres
se alza contra la miseria
grito de
libertad desde las entrañas;
consigna de lucha a muerte:
¡Basta ya!
traficantes
del hambre y del dolor.
De barro y vidrios de colores fundidos
en mi fragua de Vulcano indio.
He creado
esta esperanza.
Jugando a Dios
salieron de mis manos
poesías modeladas,
silencios,
estridencias, texturas y oquedades;
gritos de dolor y de protesta
pasiones desaforadas,
como los Cristos indios atormentados
del maestro Mérida;
Cristos retorcidos en sus leños
del maestro Tupa
o cacharros centenarios de Ruiz Caro.
En fin, esperanzas constructoras.
Confieso:
Me he cansado de esperar,
y he
expuesto mis alas níveas a la muerte,
mi pecho a las balas asesinas,
y he
desatado las heridas
y abierto todas las venas.
Un océano de sangre
ha
arrastrado las vidas de mis hermanos
y entre el olor putrefacto
recojo los
huesos amados, llorando,
para reincorporarme.
Por nuestros muertos,
por nuestros
pueblos,
por nuestros héroes
voy a vivir y renacer
con una nueva primavera.
6.3.
Y DIOS ¿DONDE ESTUVO?
Veo a sacerdotes celebrando rituales rutinarios,
recitando
fórmulas incongruentes,
invocando a deidades inexistentes,
exorcizando demonios
no habidos
sirviéndose del pueblo para enriquecerse.
Mientras yo estaba adorando
imágenes
labradas por mis antepasados,
imágenes bellas y enjoyadas,
toda la grey
humana
vivía condenada al sufrimiento.
Marchaban, cada día,
cristos torturados,
a mi costado
Pero él no estaba, no estuvo,
no estará jamás.
Ha dejado su universo vacío.
6.4. PIEDRA FILOSOFAL
Descubrí, después de mil operaciones,
al fondo del crisol
de platino,
esta piedra filosofal
que habla en todos los idiomas
y contesta
todas las preguntas
de mi esfinge.
Es una piedra rústica y ordinaria,
insospechada maravilla,
que no ven tus ojos ni aprecia
tu entendimiento
pues su
brillo ciega,
su olor embriaga para siempre;
su posesión enloquece a los seres
pues, vuelve oro todo metal innoble.
La he descubierto yo
¿y, para qué me sirve?
¿Para acabar con el mundo
y con todo
género y especie?
Quise curar con ella el dolor,
la injusticia y el crimen
y no los ha remediado
¿Acaso la necesito?
6.5. LA
CUADRATURA DEL CIRCULO
Cuadrar un círculo con sólo compás y regla,
Era mi reto.
En diálogo poético con Euclides y Apolonio;
Arquímedes o Diofanto,
Desafiamos lo imposible
Examinando las cónicas y sus propiedades;
(longitud de todas las ansias,
área de mi voluntad fallida)
Allí estaba oculta la respuesta:
Una hipérbola amarrada entre dos parábolas
Nacidas del mismo origen.
Y el teorema dice:
Sea Y, el área de un cuadrado de lado L;
sea, también, Y, igual al área de los círculos
(Pi por el cuadrado del radio).
Pi, el irracional y transfinito;
Pi, el irreductible y rebelde,
Como la tozudez de mi porfía.
¡Cualquier valor de Y, será círculo
o cuadrado del mismo área!
Si eso fuera así:
Encuéntrese focos, directrices y lados rectos
(Como palomas y golondrinas en pleno vuelo).
Hipérbole, hipérbaton de la hipérbole (1/X)
Parte, entonces, con el compás, en cuatro
La inversa del número Pi.
Dibuja la parábola de los círculos
(Parábolas de Cristo crucificado,
canon de Vitrubio o Leonardo).
Y, con un cuarto de la unidad
Traza la parábola de los cuadrados.
Todo Y, en ambas curvas,
Será en X, radio o lado del círculo
Y cuadrado de área igual.
Y eso era lo que queríamos demostrar.
6.6 TIEMPO DE RENACIMIENTO
Para renacer es preciso haber muerto
muchas veces por injusticia y soledad.
En el concierto de la existencia,
tañida
por un mendigo,
la flauta traversa suspende un Mi, angelical
de una melodía que
electriza el alma
con sus arpegios
erizase mi piel de Amaru milenario
y empiezo
a brotar
desde el fondo de la tierra.
Es el tiempo de la nueva siembra:
Tiempo
de renacimiento.
Por doquier brotan flores aromáticas
poesía, trigo maduro, pan
espiritual.
Es el comienzo del fin,
pues, mi humanidad
madura como mi siembra,
envejece,
quiere florecer, fructificar
para morirse, contigo.
6.7. ELIXIR DE LA VIDA Y ETERNA JUVENTUD
Ya, llegando a mi vejez
acaso pueda
volver a auto complacerme,
como antes, libremente y sin complejos.
Si en esa escuela aprendí a hacerte mía
sin haberte conocido;
aprendí a inventarte, crearte y recrearte
al gusto mío,
hasta modelarte del sagrado
barro de mi costado.
Mujer, amor:
Mujer, fruta
jugosa,
néctar de mi esperanza.
Mujer, oasis del tránsito caprichoso
de mis
vidas incontables
¡Aquí estás, por fin!
¡Tanto te he buscado!
He soñado cubrirte
con cristales de colores
de estaño calcinado y fundido,
como el amor que te
profeso
Mujer, vasija, plato
en que alimento mi espíritu torturado
con cobalto
azul de mi infinito,
verde jade o malaquita,
compuestos de cobre, oro, púrpura
de mi talento derramado
como esperma, dentro de ti.
Estoy delineando tus ojos
con pinceles hechos
de tus cabellos finos.
Entonces vivo eternamente
y
rejuvenezco, en busca tuya.
tañendo mi flauta india y mi zampoña,
mi tambor de
cuero de otorongo
para espantar a la muerte.
He buscado contigo, la sal
elemental
que cura todas las heridas y los males
y es veneno para almas
limitadas y torpes
He encontrado para ti, ésta esencia,
pócima de mil hierbas y
resinas
que te invito.
Una cucharada basta para volver a vivir
y levantarse
desde muerto,
un salmo, una invocación,
una imposición de manos inmortales,
pero
no las voy a usar
porque se ha acabado el tiempo de la mentira
he derramado el
elíxir para curar la miseria
del ser enajenado por dinero;
perdido en el no-ser de la codicia y la soberbia
y no hubo curación ni remedio.
6.8 MAESTRO DE NIÑOS DISCAPACITADOS
Aquí estoy, pues, en mi purgatorio del alma
humillando mi soberbia superlativa,
Redimiéndome de los pecado cometidos,
blasfemas, herejías, intolerancias
para terminar redimido y limpio.
Este corazón de desgarra
al asomar a tu simpleza
niño discapacitado.
No me oyes, pero
me devuelves la felicidad
con tu sonrisa,
al brindarme tus trabajos realizados.
Sordo mudo, ciego o mutilado:
Déjame brotar en ti la flor
de tu talento escondido
arrancando su lucidez creativa
al humilde barro.
Déjame negar mi propia minusvalía
de ser ciego para no ver tu transparencia
ser sordo por conveniencia
y mudo por no interpretar
el brillo de tu espíritu,
el ademán, el gesto: el hueco
que dejan las palabras sin sonido.
Así he chocado de cara
contra el muro de mis limitaciones
para partirme en pedacitos de porcelana
Pues de vuestras manos habladoras
nacieron, modeladas, poesías de terracota
esperanzas, sueños y fantasías
que coseché como el sembrador
el fruto fresco y maduro;
el pescador sus peces multiplicados
el maestro de escuela,
una nueva generación que fructifica
y engrandece.
Dime tú lector, si lágrimas de emoción
no saltarían de tus ojos.
He cuadrado la superficie del círculo
Y he hallado las proporciones cuánticas
de la materia:
Como el olmo,
a veces damos peras maravillosas.
Para compartir es que se vive.
Soy el discípulo díscolo de maestros admirables.
Maestro iconoclasta de discípulos
que deben superarme con sus obras.
VII. METAFISICA DE LA INMORTALIDAD DEL BARRO Y DEL OFICIO
7.1 DE LA ARCILLA DE MI TIERRA
Del añejo barro del Cusco
nacieron cántaros preciosos
que albergaban en sus redondos vientres
la sagrada chicha de los dioses:
zumo de la tierra y el trabajo colectivo
zumo para mi embriaguez alucinada.
Cierto día, después de la traumática invasión,
algún alfarero hispano calcinó almártaga,
galena, pedernal y estaño,
para vidriar los rostros de terracota indiana,
decorando con cobre verde y oscuro manganeso.
Cual loza de Arabia transplantada entre los andes.
Desde entonces, la tradición florece en nosotros:
Llanquirimacheq y Sañucamayoc.
Porque, el barro alfarero
es consustancial al hombre y a la patria.
y la cerámica es humilde oficio
sólo para la gente más noble.
7.2. INMORTALIDAD DEL BARRO Y DEL ARTISTA
Yo voy yendo, al medio día,
bípedo, áptero y pedestre
escarbando sombras,
enterrando luces falsas;
capturando escarabajos de oro azul;
tarántulas transparentes y ocultas
en la frágil telaraña de la vida.
Para volar me hice alas
de metafísica filigrana.
Y la poesía elevó mi vuelo
más allá de lo prosaico,
hasta la sublime infinitud
de lo imperecedero.
Y, sin embargo, la noche ha entrado en mí
dejando al día
huérfano de luz.
Vuelan mariposas extrañas.
Y los búhos me miran con grandes
ojos fijos.
La noche ha entrado en mí
porque tú estás ausente.
Madre, ha callado
tu voz;
miro a mi alrededor y constato
que he quedado solo en este mundo,
escenario
cruel
hecho de seres desvalidos y huérfanos
como yo,
camino entre el jardín de flores
de un camposanto ajeno
buscando entender ¿qué hago aquí?
En la oscuridad fantasmal de pesadilla cierta.
Pero a la noche le sucede el
alba;
y luego nuevamente, la noche.
Papá, también partió
Yo también me iré.
¿Acaso el barro muere?
Polvo hecho de átomos transmutables
del ser transitorio
que albergaba
este espíritu y su esperanza.
Espíritu modelado con la ciencia del
artista
y el artesano.
Pues, no va ha morir
mientras la humanidad, especie hecha
con todas las arcillas y las sangres,
esté viviendo todavía.
Y no me importó, nunca
ni el cielo ni el infierno.
Porque volver a la nada y al
todo
simple, sin deseos ni apetencias,
es volver a la satisfacción
de haber
vencido a mi soberbia
y ansias de riqueza y de poder.
Es sabiduría de artesano
que retorna a la eternidad
superando a la vida y a la muerte;
tal es el oficio
del barro,
crear la armonía, equilibrio y melodía
que sustenten el caos aparente
para retornar, después, a la serena quietud
de las aguas transparentes de lo eterno.
7.3. NATURALEZA EN AGONÍA
En las postrimerías, el Sol,
otrora fuente de vida,
calcina con sus rayos todo lo que queda
bajo el agujero de la capa de ozono.
Me pregunto:
¿Cómo hemos fabricado toda esta pesadilla
sin sentir remordimientos?
Camino por
un bosque incendiado
y escucho lamentos dolorosos.
Un árbol se retuerce de pena,
sed y dolor; agonizante, me dice:
Yo soy el último
árbol de este paraíso
que se extingue
y me muero de sed absoluta
de amor, justicia y libertad.
Taladas están mis ramas,
(como alas de colibrí, rotas)
sin hojas, sin savia.
Arrancada mi raíz, segada la vida que me queda.
Voy a morir sin que puedas hacer
algo por salvarme.
¡Humano corazón! ¿Porqué me has abandonado?
Toda la selva ha sido cortada de raíz,
tragada por tu codicia.
Y yo, todo el hombre,
tuve vergüenza de mi ser,
y me sentí culpable por mi pasado, nuestro.
Fui por leña y salí incendiado.
¿Cuánta leña eché, yo mismo,
ceramista piromaniaco, al fuego de mis hornos?
7.4. DELIRIO SOBRE LA MONTAÑA
Subido en mi montaña sagrada:
Apu Pachactusan, puntal del universo,
observo el infinito de la creación,
las
altas cumbres y los astros;
el azur, el lago de plata;
el pueblo en sus afanes,
murmullo lejano de las voces.
En mis versos fluyen manantiales
de aguas dulces y
cristalinas
que no cesan de brotar
como un eterno llanto:
Ojos de Wirakocha,
dios de mis antepasados.
Sentado, adormecido,
cierro mis ojos y párpados
pesados,
duermo apoyado sobre las rocas
y sueño con el mar y ninfas claras y
morenas
que persigo mas nunca alcanzo.
Sueño que todo esto pasó algún día,
en
algún lugar y en otro tiempo;
que no fueron mis fuerzas sino las tuyas
las que
obraron;
que no fue mi mente
sino la tuya, la que pensaba;
me doy cuenta que
estamos lejos,
unos de otros,
como estrellas distantes;
sin embargo, juntos, ser
humano
y espíritu universal que se expanden
con mi bostezo de simio y filosófico
despertar,
frotándome los ojos ciegos de tanta oscuridad
a plena luz del medio día.
7.5. FLORECIMIENTO Y OCASO DEL HOMBRE
En aquel tiempo murieron los dioses,
religiones e ideologías,
terminó el poder del dinero,
la usura y la guerra
fratricida.
Y una humanidad distinta, amaneció
equilibrando la vida,
curando
todo lo infestado por nuestra culpa.
Y cada ser, como un templo divino,
quitándose el vendaje de su soberbia,
sacrificó la fe ciega, como a un
corderito.
Recuperamos, entonces, el derecho de saber
y entender, sin dogmas,
misterios ni tabúes
superando los males de la historia envilecida
de vanidad,
orgullo, soberbia e ira.
Y la historia cayó como un castillo de naipes;
Porque
fue la lucha del hombre por pan,
belleza y esperanza,
(¿nuestra ración de placer, vino y alcaloides?)
la verdadera historia.
Sólo eso
era, con el triste descubrir del tiempo perdido;
haberlo vivido como bestias
salvajes
en constante guerra de exterminio;
vano sacrificio de tanta humanidad,
tanta
vida irrecuperable, consumida,
en honor de dioses inexistentes
y riquezas materiales y reinos mal habidos.
Pero, confórmate con tu infierno:
Jamás volverás al paraíso imaginado,
sin construirlo con tus propias manos.
Por
que ya era tarde:
Vi cómo el sol enrojeció
y un laberinto de materia destructora
envolvió la tierra.
Después, alguien descubriría
que entre herrumbre y polvo de
huesos
se había cimentado la esperanza
sobre la nada.
7.6. DESCANSO EL SÉPTIMO DÍA.
Es domingo y yo descanso
en el séptimo día de mi humilde creación
y bebo la alegría en el cáliz de vino tinto,
fermentado, con zumo de cactus;
fumo el alcaloide que expande mi alma al
infinito;
mastico las hojas secas que me dopan
en sopores apacibles,
para creer
que estoy viviendo, como tú,
en otra vida;
que soy habitante único
de otra
estrella.
como Adán que amanece en otro ciclo,
sin dioses ni demonios,
sin
mentiras fabulosas,
miedos ni temores:
con las costillas completas.
Y, Eva,
desnuda, dispuesta al amor,
como una sabrosa manzana,
ofreciéndome sus mórbidas
carnes
servidas sobre el tálamo del sacrificio.
Despierta en mí, la serpiente.
Como es domingo, los creyentes van al templo
en busca de milagros. Y yo he
descubierto la entrada
al templo del corazón.
y he sentido piedad
por las
criaturas que he creado,
condenadas al fuego de los infiernos,
para ser más
eternas que yo.
Descanso, me extingo en el tiempo,
vuelvo a la tierra hecho cenizas,
quietud y polvo de huesos,
pero, mis versos son semillas
que esperan sembrarse
en tu corazón para volver a la vida:
Así, tercamente,
voy a renacer nuevamente, modelado,
con todos los átomos de mi
barro original,
en otras manos de alfarero.
GLOSARIO.
ALOTROPÍA.- Cuando un elemento químico se presenta en diferentes formas
cristalinas.
AMARU.- Serpiente mítica o totémica de los antiguos peruanos.
ÁPTERO.- Ser sin alas. Desalado.
AYAR MANKO.- Héroe legendario, fundador del imperio incaico.
BOUQUET.- Aroma del vino.
ESTECAS.- Herramientas para modelar en arcilla, hechas de madera.
BARBOTINA.- Papilla semilíquida arcillosa, con la que se obtienen objetos por
colado en moldes de yeso.
CABEZAL.- Se refiere al plato o rueda del torno de alfarero, donde se elabora
los cacharros.
CAJAMARCA.- Ciudad peruana, donde se realizó el secuestro y asesinato del inca
Atahualpa, por parte de los conquistadores españoles en 1532.
CONOS.- Medidores de la temperatura que se colocan dentro de los hornos, indican
la temperatura de quema al fundirse y doblarse.
CRISTOBALITA.- Forma meta estable del cuarzo a temperatura alta.
CROMÓGENOS.- Sustancias que generan o producen color en los materiales
cerámicos.
CUMBEMAYO.- Yacimiento de caolín en las alturas de Cajamarca, norte del Perú.
CHAVIN.- Antigua cultura peruana desarrollada mil años a. C.
DESFLOCULAR.- Efecto de reducir la viscosidad de una papilla arcillosa usando un
reactivo químico o desfloculante.
ENGOBES.- Arcillas coloreadas con pigmentos cerámicos, con las que se da fondo y
se decora los ceramios en estado húmedo, antes del secado y la quema.
ESCAYOLA.- Tipo de yeso fino usado en la cerámica para obtener moldes.
FIBONACCI.- o Leonardo de Pisa, matemático que formuló la serie natural:
1,1,2,3,5,8,13...
presente en el desarrollo biológico.
FLOGISTO.- Sustancia del fuego, en la creencia de los antiguos alquimistas.
FOURIER.- Matemático que desarrolló las series armónicas.
FRANCE, ANATOLE.- Escritor francés premio Nóbel de literatura 1921.
ISOTERMAS.- Líneas en gráficos de procesos de igual temperatura.
KAMAKURA.- Antigua capital del Japón famosa por venerar una gigantesca estatua
de Buda en bronce.
KIWICHA.- Amaranto, planta alimenticia, considerada sagrada por los antiguos
peruanos.
ICONOCLASTAS.- Dícese de las personas que destruyen ídolos.
IMBERBE.- Sin barba, individuo inmaduro, jovenzuelo.
ISOMERÍA.- Sustancias diferentes pero de igual composición química.
HELICOIDAL.- Que posee forma de hélice.
HUARI.- Cultura preicásica desarrollada en el sur y centro del Perú.
LEACH, BERNARD.- Célebre ceramista inglés, autor de “.Manual del alfarero”
LITARGIRIO.- Óxido de plomo usado como fundente por los ceramistas
MACHIGENGA.- Etnia nativa de la amazonía peruana.
MÉRIDA, Edilberto.- Famoso ceramista peruano (cusqueño), contemporáneo.
METACAOLIN.- Caolinita o sustancia de la arcilla deshidratada desde los 460 ºC.
MINIO.- Oxido de plomo, usado como fundente en los vidriados o esmaltes
cerámicos.
MOCHE.- o Mochica, antigua civilización preincaica desarrollada entre los
siglos.......
MULLITA.- Forma meta estable del cuarzo a alta temperatura.
MULLU-MULLU.- Nombre quechua de la concha espóndilos tenida como alimento de los
dioses de los antiguos peruanos.
NASCA.- Antigua cultura de la costa del Perú , en el actual Departamento de Ica.
NEWTONS.- Unidad de medida de la fuerza, equivale a la fuerza necesaria para
mover un metro el peso de un kilogramo.
PACHACAMAC.- Dios que gobierna el mundo, entre los antiguos incas.
PACHAMAMA .- Madre Tierra, en idioma Quechua; deidad del mundo andino.
PHILIUM CORDATA.- Nombre de las especies animales que poseen columna vertebral.
RACCHI.- Centro alfarero milenario situado en la provincia de Canchis, Dpto. del
Cusco, donde todavía, en la actualidad se elaboran a mano y con técnicas
ancestrales, ceramios de gran tamaño.
OTORONGO.- Nombre quechua del leopardo o tigre americano.
PEDESTRE.- Que se moviliza con sus propios pies.
PILOSIDADES.- Vellos o pelos.
PROMETEICO.- Referencia a Prometeo, titán de la mitología griega, que arrebató
el fuego a los dioses y sufrió cruel condena.
QUINUA.- Planta alimenticia de las alturas andinas.
RAMÍREZ, Polo.- Maestro ceramista de Chulucanas.
RUIZ CARO.- Familia de ceramistas cusqueños con cienños de tradición.
RUNCIE TANAKA, Carlos.- Ceramista peruano contemporáneo de ancestros japoneses.
SEMINARIO Pablo.- Arquitecto y ceramista piurano radicado en el Cusco
(Urubamba).
TAO.- Camino de la sabiduría en la religión china
TRIAXIAL.- De tres ejes, técnica de formulación de materiales cerámicos de tres
componentes.
TRIDIMITA.- Forma alotrópica del cuarzo.
TRILOBITES.- Animales acuáticos de la fauna marina del secundario, extinguidos
hace 500 millones de años.
TUNUPA.- (Tunapa), Dios de la abundancia en la antigua cultura Tiahuanaco.
TUPA, Sabino.- Maestro ceramista tradicional cusqueño.
ULEXITA.- Boro natro calcita, esmalte vítreo natural para la cerámica.
VERASTEGUI, ENRIQUE.- Poeta peruano contemporáneo, autor de “Ecuación poética”,
“Ángelus Novus”.
VICUÑA.- Camélido sudamericano de lana finísima que vive en estado salvaje, en
los andes. Pariente de la llama, alpaca y guanaco.
WIRAKOCHA.- Dios creador o espíritu de las aguas, entre los antiguos peruanos.
ZEN.- Forma de la religión budista que busca la perfección del hombre y la
búsqueda del placer.