VOLVIENDO DEL PROGRAMA “ARTISTAS EN RESIDENCIA” EN CHINA

Ya de retorno después de realizar esta estadía en la Universidad de la Cerámica en Jingdezhen, China Popular, comparto fotografías y algunas de mis impresiones.
Cansado, luego de un viaje de 24 horas en avión y una noche en el aeropuerto de Ámsterdam, me animo a escribir algo de la experiencia.
En China no funcionan Google ni FB. Con muchas restricciones funcionan WhatsApp y WeChat. De modo que uno se mantiene casi incomunicado. Pero la experiencia ha sido fabulosa, pues, para un ceramista llegar a hacer cerámica en una ciudad ceramística por excelencia y que fuera la cuna de la porcelana china, es un sueño difícil de cumplir; por esa razón acudí a esa invitación en la que participamos un grupo de maestros ceramistas de Latinoamérica: Brazil (Paulo Neves) Colombia (Lina Pardo), Cuba (Yudit Valdés), Ecuador, (Angélica Alomoto), Uruguay (con dos participantes: Suzette Kok y Javier Wijnants, miembro de la Academia Internacional de la Cerámica) y el suscrito, igualmente, miembro de la AIC, de Perú. Nos acompañaron las coordinadoras Blanca Wang, Tina y Jessica, y la directora del programa PhD. Zhang Jing Jing, -que es una reconocida ceramista internacional-, con mucha amabilidad y consideración.
El reto era usar el tiempo en hacer un mínimo de tres piezas que quedarán para participar en la Bienal Internscional que se llevará a efecto en esa ciudad en diciembre próximo.
En China y en general en el oriente no se trabaja la cerámica de baja temperatura sino el gres y la porcelana (1260 y 1300 ºC) de manera que el reto era hacer las piezas con esos materiales y con nuestras técnicas. Así, cada día fue la demostración de destrezas y habilidades compartidas en los talleres del enorme campus universitario, con capacidad para 4000 estudiantes internos de distintos lugares de este extenso país.
El tiempo corría y las obras iban saliendo y secando. Hubo tiempo para visitar talleres artesanos, talleres de artistas famosos, museos y colecciones fabulosas de la porcelana china de las diferentes épocas y dinastías reinantes, hasta el periodo contemporáneo.
Para conseguir los materiales existen grandes almacenes provistos de arcillas preparadas, esmaltes de temperatura alta, de cuanto color uno pueda imaginar y todo tipo de utensilio, herramienta o equipo que uno necesite.
La experiencia sirvió también para reconocernos como hermanos de una patria aún no formada y que habla el mismo idioma y posee tradiciones y costumbres afines.
Fui a China con mucho desconocimiento de su realidad, con una serie de prejuicios que nos inculcan con el cuento de la sociedad de la “libertad” y la “democracia”, con cierto temor a una sociedad sometida a un régimen vertical, dictatorial, etc. para encontrar una sociedad en pleno desarrollo que ya nada tiene que envidiar al “primer mundo”, donde, además, hay seguridad, no existe violencia ni delincuencia, no hay pobreza y todos tienen trabajo. Con la apertura a la libre competencia hay muchos emprendedores y un gran mercado, porque, al tener ingresos, el público consume, la cerámica tiene precio alto, y no sólo el turista sino el poblador medio es el que la compra.
La infraestructura pública de carreteras, edificios, museos, universidades etc. es de primera.
Volviendo a lo nuestro, al final hicimos una exposición con las obras realizadas y una clausura propiciada por la institución promotora del turismo que hizo realidad este encuentro. En esa actividad narramos nuestras experiencias y ataviado de mi chullo cusqueño y mi quena indígena toqué dos melodías que gustaron y emocionaron mucho. Tambien, propicié el contacto con la Universidad de Bellas Artes del Cusco, pues existe la posibilidad de conseguir implenentación del taller de cerámica de alta temperatura y el intercambio de profesores y estudiantes, para lo cual contaremos con el valioso apoyo de nuestro embajador y de los funcionarios de la Embajada que fueron nuestros mejores anfitriones. Comunicamos esta posibilidad al maestro Lucio Vita ex director de la Escuela de Bellas Artes y profesor de la nueva universidad.
Otra iniciativa en marcha es la publicación de mi ensayo sobre Martín Chambi en el idioma chino y la posibilidad de llevar una exposición de este maestro universal de la fotografía para el año próximo.
Debo agradecer a la Sra. María Teresa Gonzales de la oficina de Relaciones Exteriores que me orientó para realizar.mis trámites en la oficina de Migraciones y para conseguir la visa en la Embajada de China en Perú. Igualmente, el apoyo decido y entusiasta que encontré en la Embajada peruana en Beijing que preside el embajador Dr. Marco Balarezo, y sus funcionarios Francisco García, Selena Zhou y Mónica en coordinación con mi esposa Anita, para apoyarme en todo lo necesario para realizar este objetivo y volver sin problemas alguno al seno de nuestra amada patria con ganas de compartir lo aprendido con nuestros hermanos ceramistas.
Durante el vuelo de Beijing a Ámsterdam pude chatear con mi hermana Lucy que está en Alemania, con mis colegas en viaje y mis amigos en Perú, pero en el segundo vuelo hacia Perú ya no hubo esa opción.
Ni bien llegué me recibe don Max Hidalgo con su habitual amabilidad y me conduce a casa, minutos después aparece con su redonda sonrisa y su abrazo de oso: Felipe García Rossell y vamos a comer un pollito a la brasa con su esposa Cecilia; nuevamente, en mis sabores, olores y gustos peruanos y la constatación de lo que ellos me dijeran sobre sus periplos por China.
Antes de partir, cuando yo no tenía idea de lo que vería en China, me había reunido con Felipe, Mario Enrique La Riva y Ramiro Valdivia, recordando las tertulias cusqueñas propiciadas por nuestro llorado amigo Carlos Velaochaga Dam. Tuvimos una larga conversación, ahora nos falta conversar sobre esa experiencia ya vivida para dar respuesta a nuestras interrogantes, disfrutando de un aromático café.